Entonces, qué te queda
si queda la nostalgia de un mañana
y del recuerdo sólo un miedo extraño.

Si conoces tu rostro por reflejos
y bastan cinco puertas y te yergues
convencido de vida y de certeza.

Si la vaga superstición de un nombre
abraza cada instante que te ha sido.
Si todo es cierto y si tu cuerpo existe.

Y si tu cuerpo existe
y si las aves huyen.

Si cae la noche
y a la hierba, a tu sangre, no le importa.

Si tiembla el agua al tacto de la brisa
y estás solo.

Si tienes frío.

Y si tu solo verbo puede
crucificar a un dios,
mas nunca dar calor tus solas manos.

Si ya no hay nada.

Entonces ríe.

Y que nimben mil lunas tu derrota:

qué puede arrebatarte tu tristeza.


Scroll al inicio